Los pies de tus hijos son parte fundamental del crecimiento y desarrollo físico durante edades tempranas.
En ocasiones no prestamos importancia a la salud de los pies, olvidándonos de que son la base de nuestro cuerpo y las extremidades que aguantan nuestro peso.
Al igual que el resto de sus partes del cuerpo, los pies de los niños se desarrollan durante todo su crecimiento hasta que llegan a la edad adulta. Unos de los problemas más comunes pueden ser cambios en la forma de andar o pisar, que puede desembocar en caminar de forma extraña, desgastar la suela más de la cuenta o en malas posturas. Para evitarlos, antes de nada debemos conocer la importancia de utilizar un buen zapato adecuado a cada pie, ya que un calzado inapropiado es lo que más perjudica a la salud. Dosmicos, cuenta con una colección que apuesta por materiales de calidad y ultralivianos que pueden ayudar a prevenir problemas en sus pies.
No solo debemos saber detectar estas conductas, sino que debemos corregirlas aún siendo conscientes de que los problemas podológicos no siempre se detectan de forma sencilla. Por ello, lo más recomendable es prevenirlos. Entonces, si cuidamos sus oídos, dientes o piel, ¿por qué no prestar atención a la salud de sus pies?
¿Cómo cuidar los pies de los niños?
Ahora que ya conoces la importancia de cuidar los pies, te dejamos cinco recomendaciones sencillas para favorecer la salud de los pies de los niños:
1. Cómprale un calzado de calidad
Un calzado de calidad y adecuado es imprescindible para cuidar los pies de los niños. Un buen zapato le ayudará a caminar y pisar de forma correcta, evitando así uno de los problemas podológicos más comunes. Pero, ¿cómo sabemos si un zapato es de calidad?
- Elige zapatos de materiales de calidad, como la piel. De esta forma, sus pies respirarán mejor e irán cómodos y confortables.
- Los zapatos deben tener un contrafuerte para que los pies no pisen hacia los lados.
- Deben tener una plantilla acolchada, para una mayor comodidad.
- La suela debe ser de goma, para evitar resbalones, y flexible.
- Los zapatos deben sujetar el pie de forma correcta y segura. Para ello, lo más recomendable es elegir cierres adecuados (como el velcro o los cordones, por ejemplo).
Otra recomendación importante de cara al calzado para cuidar los pies de los niños es evitar el intercambio de los zapatos con hermanos o amigos, tal y como recoge la pediatra Marta Esther Vázquez en el estudio ‘Los problemas sobre salud infantil más frecuentes en Atención Primaria’. Cada zapato se adapta a la anatomía del pie del que lo usa y puede alterar el apoyo del que lo vuelve a utilizar.
2. Lleva a cabo una rutina de higiene diaria
Como en cualquier otra parte del cuerpo, la higiene es primordial para evitar infecciones u hongos. Para ello, simplemente debemos establecer una rutina basada en:
- Lavar diariamente sus pies con agua y jabón neutro, sin olvidarnos de la zona entre los dedos.
- Después de cada baño, asegurarnos de que los hemos secado bien, ya que la humedad puede provocar hongos.
- Aplica crema hidratante sobre los pies después de cada baño.
- Cortar las uñas de forma habitual y correctamente. Lo más recomendable es que la forma de las uñas sea recta para evitar que se encarnen.
3. Elige unos calcetines adecuados
A excepción de las sandalias, es necesario que los niños siempre lleven unos calcetines adecuados a cada calzado, ya que de esta forma protege al pie de posibles rozaduras. Por ejemplo, si se trata de un zapato de lona lo ideal es llevarlas con un calcetín de algodón fino para que les ayude a transpirar mejor. En el caso de llevar unas botas, lo más recomendable es que sean calcetines más gruesos y altos, preferiblemente por encima del tobillo.
4. Llévale a revisiones podológicas
Los pies de los niños crecen poco a poco y van sufriendo cambios. Por ello, cuando detectemos algún problema en la forma de caminar, las pisadas o, simplemente, dolor de pies, debemos llevarles a una revisión podológica.
Según explica la Asociación Española de Pediatría, el pie plano es uno de los problemas más habituales, “cuando existan síntomas con dolor o cojera, un tendón de Aquiles corto o cuando la deformidad es rígida”, se valorará la necesidad de hacer un estudio y control de la pisada. Además de tratar el problema con plantillas, fisioterapia o un diagnóstico adecuado.
5. Escoge un zapato para cada época del año
En cada época del año, debemos escoger un zapato diferente. En verano, lo más recomendable es que compremos un zapato ligero con el que no pasen calor y los pies transpiren de forma correcta. En este caso, lo más recomendable son las zapatillas de algodón y las sandalias. En cuanto a la temporada de invierno, lo mejor es optar por botas y zapatos calentitos con los que no pasen frío y el pie esté protegido.